El dato: En 1995, dos ladrones en Pittsburgh asaltaron 2 bancos a mano armada. Convencidos de que el zumo de limón los haría invisible a las cámaras de seguridad, se mancharon la cara con zumo y entraron a robar sin máscaras, caretas ni nada más que les cubriese el rostro. Ambos fueron detenidos y condenados fácilmente [fuente]