Los lunes, en cambio, te los imaginas como un tipo sudoroso en su atuendo de trabajo. Un mono lleno de grasa, un traje gris con corbata pasada de moda, un chaleco acolchado con el logotipo de la empresa. Mirada cansada y aburrida. Ojeras. Olor a ambientador para automóvil, a atasco, a aceite de bar.